Es muy difícil aprender a amar. Si se te presenta un objeto de fascinación o alguna especie de sueño o promesa, puede que te enamores. Pero amar es muy difícil si eso significa simplemente dar amor sin esperar nada a cambio. Sólo podemos enamorarnos si creemos que se van a cumplir nuestras expectativas. En la mayoría de nuestras relaciones amorosas nuestro amor es condicional. Es más una transacción que auténtico amor.
De Chögyam Trungpa, “Planting the Moon of Bodhi in Your Heart”, en el segundo volumen de The Profound Treasury of the Ocean of Dharma, páginas 97–98.
Texto original en inglés.
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Tiene razón Chögyam Trungpa; el amor como es entendido en occidente es esencialmente propio de la herencia del romanticismo y heredero a su vez del amor cortés renacentista, idealista por esencia. Es caduco, efímero y puede ser muy engañoso, e incluso desleal. En contados casos se purifica y deshace de toda pretensión de transacción; en estos casos puede eventualmente transformarse en algo auténtico, desinteresado de toda pretensión egotista. Sería entonces cercano a un remedo del amor divino.