Cuando contactas con la angustiosa sensación de shenpa (quedarte enganchado a una emoción negativa), la instrucción básica es la misma que al abordar el dolor físico. Sea una sensación que te gusta o no te gusta, o un estado emocional como la soledad, la depresión o la ansiedad, te abres totalmente a la sensación, sin interpretaciones. Si has probado este enfoque con el dolor físico, sabes que el resultado puede resultar bastante milagroso. Cuando prestas toda tu atención a la rodilla o a la espalda o a la cabeza —lo que duela— y dejas el hilo argumental bueno/malo, correcto/erróneo y vives sin más el dolor directamente siquiera unos momentos, tus ideas sobre el dolor, y a menudo el propio dolor, se disuelven.
De Pema Chödrön, Living Beautifully, página 10.